Una de las preguntas más frecuentes que Ana y yo recibimos ya sea por medio del blog de LasDosMamis, en persona, por facebook o por correo electrónico es "cómo le hago para tener hijos".
Entiendo muchísimo la pregunta. Créanme que cuando me hacen esta pregunta me acuerdo de cómo me sentía yo hace cuatro o cinco años que lo único claro que teníamos era que queríamos ser madres. Por nuestra mente pasaron un sinfin de posibilidades, desde pedirle el favor a un familiar, conocido o extraño, hasta que finalmente nos introdujeron a las técnicas de reproducción asistida.
Lo único cierto es que preguntando se llega a Roma y no hay una respuesta definitiva.
Ana y yo realizamos el tratamiento en el DF. Contamos con la buena suerte que una doctora nos refirió con el que a final de cuentas nos hizo el tratamiento, que de entrada es carísimo y requiere grandes dosis de esfuerzo emocional. Hay una cosa importante que es necesario comprender: posibilidades hay muchas. La solución es acercarse a los doctores que estén dispuestos a efectuar el procedimiento y evaluar costos. La oscilación es muy alta. Muchas mujeres podrán decir que les salió en 7 mil pesos mientras que otras podrán decir que les salió en 200 mil. ¿Por qué sucede esto? Porque hay infinidad de variables que son distintas en cada una de las parejas y van desde la edad, peso hasta las preferencias de cómo quisieran quedar embarazadas.
La lección más importante que aprendí en ese proceso es que si una quiere ejercer la maternidad entonces encontrará la manera de hacerlo. Conozco muchísimos casos de mujeres que por una u otra razón no tienen acceso a los servicios médicos como la inseminación o la reproducción asistida. Hay que recordar que en México la salud pública únicamente asiste a mujeres casadas con problemas de fertilidad y la medicina privada tiene sus posturas dependiendo del médico tratante. Ante esto, muchas mujeres no se detienen y son capaces de llegar a acuerdos con amigos, de embarazarse de algún hombre sin informarle a éste para evitar conflictos con la patria potestad, o bien, acuden a una clínica privada y echan mano de una inseminación simple: compran muestra de semen y voila!
Por eso es súper importante que las parejas de mujeres lesbianas o la mujer que quiera embarazarse esté bien conciente de cuánto quiere invertirle al proceso. No hablo sólo de lo económico, sino de lo emocional. Hay que tener la fortaleza de saber hacia dónde dirigir el barco, saber que habrá gente que esté contigo en ese momento tan sensible y gente que no.
En cuanto a lo económico, Ana y yo fuimos a hablar con el doctor para preguntar un presupuesto y a partir de ahí nos dimos un año para juntar la cantidad. Una vez que lo logramos regresamos a iniciar el tratamiento.
Quedar embarazada por un proceso de reproducción asistida te da muuucho tiempo para pensar muuuuuchas cosas. Mientras ahorras te vas preparando psicológicamente a los retos y cambios en tu vida, aunque a decir verdad, con los hijos uno nunca está lo suficientemente preparado psicológicamente.
En fin, lo que siempre siempre siempre siempre debe quedar claro, es que como mujeres y como mujeres lesbianas tenemos derecho a nuestra descendencia y a ejercer nuestros derechos reproductivos. Recuerden, se trata de que nosotras queremos tener hijos y ese es un derecho que nadie nos puede venir a quitar o cuestionar.
Si el primer doctor con el que vas te dice que no, entonces buscas otro y otro y otro hasta que encuentres el indicado y con el que te sientas a gusto. Así funciona, no hay gran secreto. Primero preguntas, después ahorras y al final ejecutas. Y el paso más importante: DESPUÉS COMPARTE TU HISTORIA!!!!! A todas nos sirve saber qué retos tienen otras madres lesbianas y cómo los han ido resolviendo.
