Ellas y los pequeños Diego y Santiago, de casi dos años de edad.
Foto: Adriana Esthela Flores
Van juntos a todos lados de la mano de dos personas que desde hace varios años decidieron amarse y darles la vida: Ana de Alejandro y Criseida Santos, profesionistas jóvenes que con sus gemelos, forman parte del universo de las llamadas familias alternativas.
Pero cuando se escucha a Ana cantarle al oído a los bebés y ellos le responden en su intento de decir “hola”, cuando ambas mujeres juegan a la ronda con los pequeños y les arrancan una sonrisa con un abrazo, la palabra “alternativa” queda en un segundo plano.
Son una familia. La integran Ana, Criseida, Diego y Santiago de Alejandro, y además de vivir los avatares del día a día, también mantienen en línea el blog: http://www.dosmamis.blogspot.com/.
¿Cuándo decidieron que querían tener los bebés?
Ana: Yo quería tener bebés desde siempre, desde toda la vida. Entonces, el día en que ya nos decidimos a formalizar nuestra unión, pues yo le dije eso sí muy claro: pase lo que pase, yo quiero tener hijos. Fuimos a ver un doctor y le dijimos que queríamos tener bebés.
Iniciamos un tratamiento, fertilizaron óvulos de las dos con el mismo donador anónimo que nosotras escogimos y nos implantaron tres embriones, de los cuales quedaron dos, que son Diego y Santiago.
¿Alguna vez enfrentaron algún problema con la sociedad por esto?
Ana: Algunos de nuestros amigos nos dejaron de hablar porque les pareció que nuestra decisión estaba equivocada, que no era lo más correcto. Hubo familiares que definitivamente nos negaron la participación en las actividades.
Criseida: El enfrentamiento fue muy duro. Mi familia definitivamente decidió retirarme por completo su apoyo y una vez que la familia te da la espalda, lo que te pueda hacer la sociedad tiene una importancia menor. En ese momento entendí que, bueno, todo era hacia delante y todo era lucha.
¿Cuál ha sido la parte más dura de todo esto?
Criseida: Las cosas no son fáciles afuera, sobre todo en las cuestiones laborales. Las instituciones se cuidan mucho para no hacer patente hacer discriminación por orientación sexual o porque tienes una familia alterna.
Sí me ha tocado así de refilón sentir un poco la presión de decirlo abiertamente o incluso que me nieguen la posibilidad de trabajar en ciertos lados.
Pero esto no las paró.
Ana: No, principalmente porque nos amamos, nos gusta mucho estar en pareja. Y por eso decidimos tener a nuestros hijos y seguir adelante con esto sin estarnos fijando a quién le gusta o a quien no le gusta, quién dice que sí y quién dice que no.
Al fin y al cabo, mientras les des amor, comida, vestido y todo eso, pues sí podemos criarlos como cualquier otra pareja.
Lo indispensable es que tenga comida, vestido, educación, amor, personas que lo estén alentando y no importa si esas personas son dos papás, dos mamás, sus abuelitos, sus tíos. Lo que importa es que lo quieran dos personas, o tres o quince.
Criseida: Ha sido una lucha porque tenemos que decirle a todo el mundo: “Así lo decidí, así va a ser y necesito que así la respetes”. Aparte no estamos pidiendo ningún permiso.
Después de todo, la familia no es como la pintan.
Ana: Es que nunca ha sido así. Hubo un tiempo durante las guerras, en que era muy importante dar la idea de estabilidad con papá, mamá y dos niñitos. Pero en realidad, siempre han sido las madres las que cuidan los niños. Eso pasa en el mundo entero. A veces hay hombres proveedores y a veces no, a veces las mamás son las mismas proveedoras y dejan a los niños con las abuelitas o de una tía.
También debe haber padres viudos, muchas formas de familia. Nosotras no podemos imponer cómo sean las familias de otros, pero tampoco otros nos deben imponer cómo sean nuestras familias.
¿Han recibido amenazas?
Ana: Desde que nos embarazamos, decidimos crear un blog en Internet como una forma de que el mundo se dé cuenta que existimos no para hacer una doctrina, sino para que conozcan que existe esta situación.
Y en nuestro foro se han metido personas que nos dicen que demos a los niños en adopción, que esto es pecaminoso, que esto es terrible, cuando les estamos dando a nuestros niños todo el amor que necesitan.
Cuando ha habido que cuidarlos se les ha cuidado, cuando ha habido que amarlos, se les ha amado. No les falta nada. Somos humanas, no somos ni más ni menos que los demás.
Criseida: Mi deseo para Navidad es encontrar simplemente respeto. Tampoco pretendo reclutar ni que la demás gente tenga hijos, sea cual sea su orientación. Pero sí lo único que quisiera es respeto.
¿Tienes una preocupación sobre el futuro de los bebés?
Criseida: Lo que me inquieta es precisamente la contradicción en la que caen las personas que precisamente me dicen: “¿En qué piensan, por qué no se fijaron? Esos niños van a estar condenados de por vida”. Pues si en realidad tienen esa preocupación, pues empiecen con no señalarla, que no traten de imponer una moralidad en nuestra manera de vivir.
¿Qué les pareció la propuesta de Ley de Familia?
Criseida: Siento una gran traición por parte de nuestras instituciones y más en este estado de progreso que es Nuevo León. Yo veo un retroceso, un ir hacia atrás. Nos regresamos como sociedad.
Ana: No puede haber una norma, una persona o un grupo de personas que venga a decirnos cómo deben ser los clanes familiares. Uno debe tener la libertad de decidir con quién compartir la vida.
¿Cuál ha sido la mejor parte?
Criseida: Pues ser feliz y ver a los bebés que te inyectan mucha energía y tienen una vibra diferente, y he encontrado a mucha gente, muchos amigos que se han sensibilizado y han decidido ser tíos de estos hijos, de estos hijos míos. Eso me ha hecho reflexionar de que mi familia de sangre optó por no ser parte de la familia de estos niños, pero otras personas se apuntaron de forma espontánea para estar muy presentes en este largo año de vida. Ojalá siga así. * Adriana Esthela Flores
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